978-84-00-02726-1
El orador
Marco Tulio Cicerón
Editorial: CSIC Fecha de publicación: 31/12/1992 Páginas: 290Formato: 21 x 15 cm.
Edición a cargo de Antonio Tovar y Aurelio R. Bujaldón.
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Edición a cargo de Antonio Tovar y Aurelio R. Bujaldón.
Edición de V. J. Herrero.
Los discursos reunidos en este volumen, popularmente conocidos como Filípicas (un declarado homenaje a Demóstenes), quizá marcan el cénit de la elocuencia ciceroniana y de la lengua latina en general. Son además un valiosísimo testimonio histórico de un momento clave para entender el final de la República romana. Tras el asesinato de Julio César, Marco Tulio Cicerón preparó como senador estos discursos contra Marco Antonio entre septiembre de 44 a. C. y mediados del año siguiente, poco antes de ser él mismo asesinado. Concebidos como si fueran batallas políticas, estos textos son las mejores armas oratorias que pudo esgrimir Cicerón para defender un sistema de gobierno que se tambaleaba peligrosamente y por el que acabó muriendo.
En un mundo donde las redes sociales, las relaciones online y un creciente aislamiento amenazan la idea misma de las amistades profundas y auténticas, la búsqueda de verdaderos amigos es más importante que nunca. En este breve libro, uno de los mejores sobre el tema, el célebre político y filósofo romano Cicerón nos ofrece una cautivadora guía para encontrar, conservar y valorar a los amigos. Con ingenio y sabiduría, Cicerón nos muestra no solo cómo construir amistades sino también por qué deben ser una parte clave de nuestras vidas. Porque, como dice Cicerón, una vida sin amigos no merece la pena ser vida.
Cicerón no fue ni un aristócrata ni un general y llegó hasta las más altas magistraturas del Estado romano gracias al poder magnético de su palabra. Aunque tuviera que vérselas con políticos y militares de la talla de Craso, Pompeyo, Julio César, Marco Antonio y Octaviano, nadie como Cicerón dominó el arte de la palabra en lengua latina. Este es su mérito y esta ha sido su grandeza, que se ha conservado hasta nuestros días.Cicerón debía convencer a los aristócratas romanos de que uno de los suyos, Catilina, estaba preparando una rebelión contra Roma. Tenía, además, que imponer su "auctoritas" para legitimar sus decisiones como cónsul. En la primera "Catilinaria", pronunciada en el Senado, el objetivo de Cicerón es herir a Catilina, obligarle a salir de Roma y revelar el nombre de sus cómplices. La segunda y tercera "Catilinarias" fueron pronunciadas ante el pueblo. En la segunda, Cicerón informa de las deliberaciones que habían tenido lugar en el Senado y en la tercera presenta las pruebas contra los cómplices de Catilina: documentos escritos y testimonios orales, confesiones. En la cuarta "Catilinaria", Cicerón actúa como un cónsul que está dirigiendo un debate senatorial sobre la salvación del Estado. Cicerón fue saludado como el salvador de Roma y padre de la patria, y los conspiradores fueron ejecutados.
Los siete discursos de Marco Tulio Cicerón reunidos en este volumen están marcados por el exilio del orador (58-57 a. C.). Debido a las pugnas políticas que se producían en el Senado entre la oligarquía (de la que era partidario Cicerón) y la facción democrática (liderada por Julio César), los sucesos precipitaron salida del primero de Roma, tras el éxito de los movimientos para aislarlo de su más acérrimo adversario: Publio Clodio. A su vuelta a la capital, Cicerón volvió a ejercer como letrado y en sus discursos y alegatos la sombra del exilio y de la época turbulenta que estaba viviendo la ciudad está siempre presente. Los seis primeros textos los pronunció entre septiembre del 57 y mayo del 56 a. C. El último, En defensa de T. Anio Milón, del año 52, está íntimamente relacionado con los anteriores, ya que Milón fue el asesino de Clodio.
Publicados originalmente en la BCG con el número 195, este volumen presenta las traducciones de En agradecimiento al Senado, En agradecimiento al pueblo, Sobre la casa, Sobre la respuesta de los arúspices, En defensa de P. Sestio, Contra P. Vatinio, En defensa de T. Anio Milón llevadas a cabo por José Miguel Baños Baños.
En el tercer volumen de los discursos de Cicerón puede apreciarse la evolución de sus habilidades oratorias a lo largo del tiempo. Se incluyen algunos de los discursos más notables de su primera época, centrados en casos de derecho civil de carácter privado, y también otros posteriores de hondo calado político, pronunciados cuando su autor ya era toda una celebridad en Roma. En todos ellos, Cicerón despliega sus recursos retóricos hasta convertirse en figura central del proceso, sea cual sea su finalidad, pero también ofrece una oportunidad única de conocer de primera mano algunos mecanismos del derecho y la política romanos.
Publicados originalmente en la BCG con el número 152, este volumen presenta las traducciones de En defensa de P. Quincio, En defensa de Q. Roscio, el Cómico, En defensa de A. Cecinaz, Acerca de la ley agraria, En defensa de L. Flaco y En defensa de M. Celio llevadas a cabo por Jesús Aspa Cereza.
Quinto Tulio Cicerón escribió en el 64 a. C. una carta a su hermano mayor Marco a modo de breve tratado sobre cómo presentarse a las elecciones al consulado. Poco podía imaginarse que ese texto pasaría a la posteridad, no solo por su valor histórico, sino también por la sorprendente actualidad que siguen teniendo sus acertados consejos, más allá de otras consideraciones éticas.
Nos encontramos, por un lado, ante un valioso testimonio sobre la manera de concebir una campaña electoral durante la República romana, que no dudaron en aprovechar sus contemporáneos, con Julio César a la cabeza. Pero también tenemos en Quinto Tulio Cicerón a una especie de hábil director de campaña que sabe cuáles son las claves para ganar las elecciones, dejando en un segundo plano el debate ideológico o los programas políticos, para centrarse en la lucha por el poder y en los mecanismos para conseguirlo, como ofrecer una buena imagen, buscar apoyos, adaptarse a lo que quiere el público o atacar a los rivales.